EstoyEmpezandoDeNuevoHoy, tu peso empezó a alterarse muy temprano, durante tu juventud. Por lo tanto, está profundamente arraigado en ti y no se trata sólo de un sobrepeso fortuito que se eliminará por sí sólo. Tendrás que combartirlo activamente y estabilizarlo con paciencia. Te lo recordaré cada vez que sea necesario.
Tienes la suerte de conocer tu peso de nacimiento. Es totalmente normal; por lo que no me da ninguna información especial sobre ti. Los pesos de nacimiento muy bajos o altos son mucho más indicativos.
Isadukita, al repasar tu infancia me he dado cuenta de que eres la primogénita, y eso ha influido en todos los aspectos de tu vida, entre otras cosas en el control de tu peso. Llegaste la primera de los hermanos. Tuviste para ti sola a unos padres atentos y solícitos, hasta que llegó el siguiente hijo. Salvo casos excepcionales, eso sin duda te dio una seguridad emocional y una confianza en ti misma que propiciaron que controlaras mejor tu peso que, por ejemplo, un hijo menor. ¿Sabías que el 90 % de los astronautas que viajaron por el espacio eran primogénitos?
Tienes una ventaja que tal vez no sepas la importancia y el alcance que tiene: te dieron el pecho. Entre un biberón de vidrio y un seno de carne, el adulto sólo ve dos modos de suministración distintos, pero para el bebé se trata de otro mundo. Por el pecho materno recibe conjuntamente amor y alimento, y eso es una inmensa ventaja afectiva. Y sean cuales sean ahora tu situación y tu relación con los alimentos, serían más complicadas de haber tenido que conformarte con el biberón.
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Cuando tu peso se incrementa, tiende a acumularse en la parte superior del cuerpo, en el busto y el abdomen, más o menos como los hombres que nunca engordan en las piernas. En lo que a peso se refiere, adelgazarás con más facilidad que las mujeres que tienden a engordar antes en la parte inferior del cuerpo. Pero, si bien es más fácil, también es más urgente, porque la grasa abdominal es una grasa perjudicial que se vincula a menudo con un incremento del colesterol, con la diabetes y los riesgos cardiacos. Obviamente, tenemos que aplicar un plan especial que combine una alimentación especial, una selección de las grasas y una actividad física selectiva y controlada.
(((En pocas palabras: tengo cuerpo de manzana!!!)))
Como muchas mujeres, tiendes a retener agua. Esta tendencia será un estorbo para cualquier régimen que emprendas. Adelgazar es quemar grasas de reserva y producir residuos. Por perfecta que sea tu dieta, si te cuesta eliminar estos residuos, no adelgazarás, o lo harás tan poco que te desanimarás: tu motor de quemar calorías se habrá apagado como un leño que hunde bajo las cenizas. A lo largo de tu proyecto, insistiremos en este punto. Si retienes el agua, no bebas exageradamente; usa sólo agua de mineralización baja; no comas demasiada sal; camina para activar la circulación; no cruces las piernas y estírate cada vez que puedas: los riñones trabajan mejor en posición estirada.
Las personas que intentan adelgazar suelen tener problemas de restreñimiento. Además, ya tienes desde el principio un temperamento muy restreñido. Así pues, tienes que tomar precauciones: bebe durante las comidas; come muchas verduras; trabaja tus abdominales y, si con eso no basta, echa salvado de avena en tus lácteos.
Tienes un poco de celulitis. A pesar de los avances conseguidos, todavía no hay actualmente ningún tratamiento realmente radical contra la celulitis, pero sí existen buenos tratamientos coadyuvantes. En un caso como el tuyo de celulitis localizada, la primera medida es evitar que la situación empeore; te ayudaré con ello.
Por otra parte, desgraciadamente tienes celulitis blanda, por lo que al volumen se añade la consistencia. PERO no hay que dar nunca nada por perdido: existen soluciones, es cierto que parciales, pero también hay procedimientos para fortalecer los músculos y la piel, así como cuidados e incluso algunos productos que tienen cierta eficacia. Así pues, ¡no te desanimes!
Como la mayoría de las mujeres, tienes celulitis en los muslos. No hay mal que por bien no venga, ya que afortunadamente, es allí donde tiene menos tendencia a ponerse blanda.
En el vientre, la celulitis no es otra cosa que lo que los médicos llaman el monte de Venus, una señal de feminidad que no se encuentra nunca en los hombres. Así pues, no intente reducirla salvo cuando sea realmente necesario.
Los días anteriores a la regla, estás hambrienta. Estás bajo una intensa influencia hormonal. Algunas mujeres se hinchan, otras tienen un bajón, y otras finalmente se mueren de hambre y tienen especialmente unos nefastos antojos de dulce. El mejor remedio no es otro que las tortas de salvado de avena con cacao desgrasado.
Los días anteriores a la reglas, te sientes hinchada. Estás bajo una intensa influencia hormonal. Algunas mujeres tienen un bajón, otras sufren unos antojos fatales por todo lo dulce, pero a ti te molesta el hinchazón. El mejor remedio es combinar determinadas aguas con ciertos alimentos y ciertos drenantes. ¡Te ayudaré!
Los días anteriores a la regla, te sientes irritable. Estás bajo una intensa influencia hormonal. Algunas mujeres se hinchan, otras tienen antojos por todo lo dulce, pero a ti te afecta al ánimo. En estos casos, lo mejor es combinar homeopatíala con el hábito de los estiramientos y ventilaciones, y SOBRE TODO MOVERSE: correr, andar, bailar, escalar, nadar, ¡lo que sea siempre que sea movido! Con ello, matarás dos pájaros de un tiro, ya que todos estos ademanes también queman calorías.
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Trabajas sentada, lo que representa como mínimo unas 7 horas de sedentarismo forzado. Si quieres adelgazar, tendrás que integrar reflejos adelgazantes en tu postura sentada. Por ejemplo, no inclines el cuerpo hacia delante; manténte recta mientras te imaginas que estiras mentalmente la coronilla hacia el techo. Este movimiento de contracción de los músculos de la espalda estira tus vértebras, te da un porte elegante, protege tu espalda y te permite quemar calorías, muchas si lo haces a menudo. Acude a tu gimnasio para descubrir todos nuestros Reflejos adelgazantes.
Vives en el primer piso; nos hubiera gustado una quinta planta bien empinada. Esperamos que, como mínimo, subas andando estos pocos escalones. De lo contrario, empieza hoy mismo. Rechazar los ascensores es el primer símbolo de la resistencia al deterioro del cuerpo, que representa la primera causa de sobrepeso antes, mucho antes, que los excesos en la mesa.
Si subes andando las escaleras de tu casa, hazme un favor y sube por igual las de las demás, sube todas con las que te encuentres. Adelgazarás un poco más fácilmente y, sobre todo, podrás estabilizarte muchísimo mejor, ya que la estabilización requiere medidas a largo plazo en los nuevos hábitos, y éste es uno de ellos.
No tienes coche. Sigue así mientras puedas. Cuando una persona compra su primer coche, engorda de media unos 2 kg durante el primer año.
Te definiste como una sedentaria, pero de buena voluntad: como no es para ti una cuestión de principios, aceptarás la leve participación física que te pediré integrar en tu día a día. No adelgazarás de forma duradera con tan sólo la dieta. No se puede construir nada decisivo ni duradero con tan sólo la restricción del placer. El único modo de adelgazar sin volver a engordar es que combatas el sobrepeso en dos frentes a la vez, que lo asegures con el régimen y el incremento del esfuerzo físico. Sin embargo, para que resulte aceptable, esta actividad no tiene que robarte más tiempo que calorías. Por lo tanto, te proponemos que la integres en tu día a día de distintas maneras, la más original es la adopción de nuestros Reflejos Adelgazantes. Se trata de un tipo de actividad camuflada e indolora que no te hará perder el tiempo y consumirán muchas calorías. Incansablemente, te recordaremos cada una de tus consignas de actividad física.
Caminas un cuarto de hora diario. Es insuficiente. ¿Sabes que el hombre dejó atrás su condición de gran simio para hacerse humano al erguirse sobre sus pies y... andar? ¡Entonces, camina!
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Vives en pareja: tienes más posibilidades que una soltera de tener comidas estructuradas, pero pasas más tiempo en la mesa y estás inmersa en cierta rutina que puede obstaculizar la variedad alimenticia que se precisa para bajar de peso de manera duradera. Además, debes tener en cuenta a tu pareja y su propia cultura gastronómica. Te guiaremos para que sólo conserves las ventajas de tu vida de pareja.
Tu compañero de vida te incita a adelgazar. No te lo tomes mal, es una ayuda de verdad; no la rechaces aunque él demuestre cierta nostalgia por una época en la que estabas más delgada. ¡La buena noticia es que estará obligado a evitar tentarte!
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Tienes la suerte de que te inviten a menudo a cenar, lo que demuestra que eres sociable, pero eso conlleva ciertos riesgos. Si estás en un restaurante, no habrá ningún problema con lo que te vamos a proponer. Si se trata de una cena en casa de unos amigos, descubrirás muy pronto quiénes son tus amigos de verdad. Hay un tipo de gente que, por no tener fuerza o motivación suficiente para adelgazar, están resentidos con todos aquellos que poseen esa fuerza y esa motivación. Los reconocerás por una palabra que usan a menudo: "Por una vez...". ¡No caigas en la tentación!
Al mediodía, la mayoría de las veces te llevas la comida de casa. Para nosotros es la mejor solución con diferencia, ya que siempre es mejor hacerlo una misma que mandarla hacer. Además, podrás preparar tus comidas cuando no tengas hambre. Por último, te resultará más fácil seguir las instrucciones que te mandaremos a diario con las consignas a seguir.
En la distribución de tus comidas diarias, comes la misma cantidad al mediodía que por la noche. Es una ventaja, un elemento de equilibrio y de control de tu vida alimenticia. Lo que supone una ausencia de esas zonas de turbulencias que dan lugar a los excesos alimenticios que acaban teniendo consecuencias.
En la actualidad, hay pocas mujeres que esperan a tener hambre para comer. El hambre es una sensación de llamada que el cuerpo dirige al cerebro para informarlo de que las reservas energéticas de sus células están bajas y de que ya es hora de recargarlas alimentándose. Si de verdad comes por hambre, es que eres de esas mujeres que se saltan comidas o que, inmersas en sus quehaceres, se olvidan de comer. O simplemente que estás continuamente a régimen y tus reservas energéticas están demasiado bajas. Si es así, tendrás que cambiar tu esquema de funcionamiento, ya que te está generando modos de comportamiento contenido que hacen que, a ratos, se conviertan en impulsos prioritarios y rompan tus diques de contención con demasiada facilidad.
Me dices que comes para obtener placer. Eso significa que, más allá del alimento o a través de él, lo que andas buscando es el placer, quizá sin que lo sepas. ¿Qué significa eso? Si buscas placer, es que lo necesitas y posiblemente estés falta de ello. Es probable que pertenezcas a esa mayoría de gente que quiere conseguir placer pero a quienes el actual modo de vida les impide recolectar el suficiente. Si andas buscando placer de manera excesiva en el alimento, lo conseguirás, desde luego, pero el disgusto de engordar y no controlar la situación neutralizará el placer obtenido. Me esforzaré en orientarte hacia otras fuentes de placer: escuchar música, leer, hacer el amor, cantar, bailar, pintar, jugar, nadar, hacer bricolaje, ir al teatro...
Comes por aburrimiento. Esto es algo delicado, primero porque te estás aburriendo y también porque no sabes esperar sin hacer nada; y además porque te has acostumbrado a comer cuando te aburres. No estoy calificado para intervenir en tu carácter o modo de vida, pero en tu caso, la solución consiste en no comer alimentos que agudizan el apetito, alimentos de pacotilla demasiado salados (patatas chip, cacahuetes, galletas aperitivas) o alimentos demasiado dulces que den ganas de seguir picando.
Me contestaste que comías por que no podías evitarlo. Tal vez lo digas para darte importancia, pero si es real se trata de algo semejante a la compulsión, incluso a la bulimia, a una pérdida parcial del control. De todos modos, la compulsión demuestra la presencia de sufrimiento, y no hay que desesperar ante el sufrimiento. Sobre todo, no se debe intentar cerrar la válvula de escape alimenticia, sino abrirla más aún. Acepta las pulsiones recurriendo a las dos categorías más importantes de la alimentación humana: las proteínas y las verduras.
También comes para mitigar el estrés. El estrés es parte de la vida. El problema es el impacto de ese estrés. Ya sea porque tienes demasiado o más que los demás, o porque te cuesta sobrellevarlo, que es muy distinto. En el primer caso, basta con esperar a que las aguas vuelvan a su cauce. El segundo significa que eres vulnerable: no te podemos cambiar, lo que tendrás que intentar cambiar es de amortiguador. Te puedo proponer 9 distintos, entre los cuales uno que puedes probar de inmediato: encontrar placer con tu cuerpo, y no me estoy refiriendo a la sexualidad, aunque ésta diste mucho de ser despreciable, sino a la actividad física: el movimiento. De hecho, cualquier esfuerzo muscular duradero consigue algo más que amortiguar: consume, quema y neutraliza el estrés. Por otra parte, en caso de estrés, saca tu caja de chicles sin azúcar y mastica el aire (menos de 2 calorías por chicle) cargado de sabores intensos. No te tomes solamente un pequeño chicle de nada, sino 5 de golpe. Tendrás más de 30 minutos de espectáculo en tu boca y una revolución en el paladar. ¡Prueba ambas cosas! Cada día encontrarás tambien mis secretos para adelgazar, unos trucos para ponértelo más fácil durante este periodo de dieta.
Por desgracia, también eres de esas mujeres que comen deprisa. No tenemos nada en contra de la velocidad, pero al comer deprisa comes más, ya que no dejas tiempo suficiente a tu cerebro para que analice lo que estás comiendo. Para mí, existen dos tipos de comedoras rápidas: las naturales, que nacieron así y que ya desgarraban siendo bebés el pezón de su madre o la tetina del biberón; y las que se convirtieron en rápidas debido al estrés y la ansiedad. Esperemos que pertenezcas a la segunda categoría, porque es reeducable, pero si eres de la primera, no te preocupes, también hay soluciones. Espérate a encontrar en tus menús alimentos slow food, como la alcachofa o el buey de mar, que te obligarán a comer más despacio.
Tienes por costumbre cenar delante del televisor. Ésta es una costumbre MUY mala, porque estamos en capacidad de afirmar, viendo las estadísticas y simplificando un poco, que la tele hace engordar. ¿Por qué? Primero, porque estás sentada. Pero sobre todo porque tu cerebro no está capacitado para centrar su atención en dos tareas simultáneas. Si le cautiva la imagen que ve en la pantalla, la sensación gustativa pasará a un segundo plano; no aprovecharás plenamente la comida y necesitarás más alimentos para obtener la misma sensación de saciedad. Come, pues, antes de encender la tele o, al menos, antes de la película.
Quiero que te fijes en algo que supone un problema: bebes sólo medio litro de agua al día. Sabes que con eso no basta. Adelgazar sin beber sería como hacer girar las ruedas de un molino a sabiendas de que dañarás sus palas, es decir, tus riñones. Adelgazar incrementa la cantidad de residuos para eliminar, y si no los eliminas, el motor que quema tus calorías se detendrá como un coche con el tubo de escape tapado. Así pues, EstoyEmpezandoDeNuevoHoy, ¡bebe más!
Te gusta picotear cosas dulces. Ésta no es muy buena noticia, porque la tentación de lo dulce tiene potentes aliados en tu mente y en tu cuerpo que te tienen cogida. Vale, pero nosotros también disponemos de algunas tácticas de defensa secretas, y de recetas caseras que te enseñaremos en el transcurso de tu régimen de adelgazamiento y que te permitirán manejar esta desventaja.
Por otra parte, tu alimentación está muy influenciada por el estrés. Esto va a ser un obstáculo, un freno sistemático, ya que en esta vida actual llena de estrés, lo más agobiante es la organización del tiempo. Esta carrera tras el tiempo no sólo te obliga a comer deprisa, a masticar poco y, por lo tanto, a comer más para obtener la misma dosis de placer, sino que además te impide encontrar tiempo para moverte. Cada día, intentaremos acostumbrarte a que te tomes el tiempo de comer y moverte. Tu peso está en juego, por supuesto, pero también lo están tu salud, tu gestión del estrés y, hemos de decirlo, tu felicidad, porque hay un tiempo para vivir...
Al alimentarte, tomas en consideración las cantidades y la sensación de hartazgo. Puedes estar tranquila, ya que lo que podría resultar fastidioso en otras dietas, no plantea ningún problema en mi régimen, puesto que se pueden tomar los alimentos que lo componen "a voluntad". Quizá se te prohíban ciertos alimentos que te gusten, pero de los que te ofrezcamos, podrás comer libremente, en los horarios que quieras, las cantidades, proporciones y combinaciones que te apetezcan. Más adelante, cuando haya llegado la hora de estabilizar tu peso, te enseñaremos a recobrar una parte del instinto alimenticio que perdiste. Buena parte de la solución radica ahí: en volver a aprender esas sensaciones valiosas que permiten a los animales no desnaturalizados percibir la reducción progresiva del hambre. Estas percepciones delicadas quedaron sepultadas bajo el barullo de los sabores voluptuosos y brutales de los productos manufacturados, siempre más grasos, salados, ricos y devastadores para tu peso. Inhibidas, que no desaparecidas, te ayudaremos a recuperar estas sensaciones que son como los mensajes aletargados de lo que queda de la sabiduría del cuerpo
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Hemos notado que te atrae lo graso, este sabor untuoso, suave y placentero que sólo proporcionan, por desgracia, los alimentos muy calóricos. Éste es uno de tus puntos flacos. No te preocupes: en mi régimen hay alimentos de sabor graso, como el salmón fresco, e incluso ahumado. Pero no hay dieta de adelgazamiento que pueda satisfacer tu gusto por lo graso. Sin embargo, existen recursos elegantes y astutos para eludir este problema, como es sustituir el sabor graso por sabores obtenidos de las especias y hierbas aromáticas. Este tipo de estrategias para evitar la grasa son las que puede ayudarte a establecer una solución duradera, porque, entre otras cosas, somos muy conscientes de que tu atracción por lo graso no desaparecerá al adelgazar.
Te atrae el sabor dulce. No te preocupes: todos nacemos con esta predisposición. Algunas la dejamos atrás por el camino, mientras otras la cultivamos. Las amantes de lo dulce suelen ser personas sensuales, en lo que a comida se refiere, y calurosas; personas a menudo sensibles y entrañables, pero que también tienen muchas dificultades para tener su peso bajo control. Te enseñaremos a controlar y satisfacer tu necesidad de dulce sin que sea una amenaza para tu peso, con infinitas precauciones mientras estés adelgazando y mucha más facilidad cuando ya tengas el peso adecuado, al final de tu fase de consolidación. Por otra parte, intentaré ayudarte a controlar esta tendencia, tan extendida hoy en día, a utilizar lo dulce para suavizar la vida, a modo de antídoto contra un sinfín de molestias, preocupaciones y estrés del día a día. Te propondremos poner en práctica lo que llamamos los "alimentos no alimenticios". Verás que existen otras fuentes de realización personal que no son los alimentos, con efectos similares a la comida, y que aportan la misma dulzura y placer, pero sin calorías ni sentimientos de culpa.
Te atraen los alimentos salados. Si tiendes a retener líquidos, tendrás que vigilar. Los médicos coinciden en desaconsejar el consumo excesivo de sal y en responsabilizar a este ingrediente del desarrollo de la hipertensión arterial. Aunque no sea calórica, la sal estimula el apetito y a menudo se combina sospechosamente con la grasa en las galletas de aperitivo, pistachos, quesos, embutidos, pizzas, etc. Recuerda que no estás obligada a echar sal antes de probar.
Además también te gustan la consistencia y la resistencia que ofrecen en la boca los alimentos crujientes. Pero los alimentos que producen esas sensaciones escasean en la mayoría de las dietas de adelgazamiento. Sin embargo, una vez más se puede satisfacer este gusto, si no es demasiado exigente. No solo el pan es crujiente, también están el pepino, la zanahoria, el apio, el hinojo y la torta de salvado de avena, nuestra gran especialidad.
Te gusta el sabor de los productos harinosos. ¿A quién no le gusta? Sin embargo, si tienes una atracción fuerte y si de verdad has decidido adelgazar, tendrás que olvidarte momentáneamente.
Deberás dejarlos por completo durante la fase de ataque, en la que necesitas resultados que te alienten, y en la fase de crucero, en la que no te interesa estancarte. En cambio, a partir de la primera mañana en la que la báscula muestre el peso justo, la puerta de los alimentos harinosos se abrirá para ti: en cantidades razonables durante un tiempo de 10 días por kilo perdido en el periodo de consolidación, y después, en lo que llamamos la estabilización definitiva, sin limitación. Quizá te extrañe, pero mi idea se basa en una conclusión simple y comprobada: cuantas más féculas (sin materias grasas) consumas, menos lugar te quedará para los alimentos grasos. No tienes más que un estómago, cuyos límites te obligan a escoger. Por la tanto, preferimos que estén las féculas antes que otros alimentos más peligrosos.
Hemos notado también que te gustan los refrescos. Tienen burbujas y buen sabor... Por lo tanto, te están permitidos, pero ¡ojo!: únicamente los light.
Me alegra mucho saber que te gusta la carne y que comes mucha y a menudo. Nos llevaremos bien, porque le doy mucha importancia a la carne. Cuando es magra, es un alimento con un gran valor alimenticio, para el que difícilmente se encuentran sustitutos y que llena mucho.
Comes muchos lácteos. Mantén este hábito; vas bien encaminada.
Te encanta el pan; incluso es tu alimento favorito. Sin embargo, este alimento noble, básico en los tiempos de penuria no es el mejor aliado en un régimen. Contrariamente a lo que se cree, no se trata de un azúcar lento; al revés, puede ser uno de los azúcares más rápidos, el que penetra más deprisa en la sangre, incluso más que el chocolate. Esto puede ser un problema, pero también existen soluciones para evitarlo. Es factible, lo verás, otras ya lo han conseguido antes.
Por último, te apasiona el chocolate. Para esto también tendrás que esperar un poco. El chocolate es la más dulce de entre las drogas blandas y la fuente de calorías más dura. Acuérdate de la frase de uno de los mejores especialistas del comportamiento alimenticio: "Una tableta abierta es una tableta muerta".
Si necesitas acabar tus comidas con un toque dulce, piensa que se trata de una COSTUMBRE y que, como tal, la adquiriste en alguna época de tu vida. Del mismo modo que la adquiriste, puedes deshacerte de ella. Basta con que te digas que no puedes adelgazar terminando todas las comidas con dulce. SALVO si engañas tus ganas con falso azúcar o usas otras tretas como ciertas especias dulces (vainilla, canela) y muchas otras texturas y consistencias.
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Intentas bajar de peso y me ha alegrado saber que estás muy motivada: esto te será de gran ayuda, sobre todo durante el primer mes. Después, el impacto del peso perdido tomará el relevo y seguirás con la energía de los primeros días. Tu motivación te da fuerza y es una potente ventaja para el éxito de tu proyecto.
Además, me has contestado que eres plenamente consciente de lo importante que es estabilizar el peso después de adelgazar. Por mi larga práctica, soy bastante desconfiado en estos temas. A la mayoría de las mujeres les exaspera su peso y quieren adelgazar de manera visceral. Saben, por experiencia, que un peso que no se estabiliza siempre acaba volviendo, pero este planteamiento racional es cosa del futuro y pertenece a las buenas resoluciones. Cuando llega el momento, si están acompañadas y se les hace un seguimiento, y si el programa de estabilización que se les ofrece es claro, sencillo, concreto y coherente, se esfuerzan y, con la ayuda de los resultados, una buena parte consigue estabilizarse. Para las demás, que se creen protegidas contra la recaída, las estadísticas hablan claro: la mayoría recupera el peso perdido y vuelve a la casilla de salida, y, la mayor parte de las veces, la mujer supera su peso inicial y se vuelve más resistente a las dietas. Lo más interesante del acompañamiento que te ofrezco es que te lleva hacia tu peso justo, PERO, SOBRE TODO, te mantiene ahí. Ambiciono algo que nadie en el mundo ha conseguido nunca: curarte de tu sobrepeso. Cuando llegan la consolidación y la estabilización, sabemos lo suficiente para ayudarte, mediante consignas regulares, a mantener la vigilancia. Esto es posible gracias a un sistema de alarma y respuesta graduadas que se pone en marcha desde el menor incremento de peso amenazador. Juega limpio hasta el final conmigo ya que, cuando se instala el incremento de peso, se necesita mucho más que un simple régimen. Es precisa una auténtica reeducación y ayuda durante bastante tiempo, incluso cuando todo parece estar tranquilo.
Eres consciente de que, en la actualidad, resulta difícil adelgazar sola, y que es infinitamente más fácil conseguirlo si estás acompañada. Has acudido al lugar indicado. He creado este portal para ti y para todas las personas que no tienen fuerzas ni voluntad suficientes para privarse y adelgazar solas, por ser los hijos consentidos de la civilización, de la abundancia y de la comodidad, pero también del estrés y de la falta de tiempo. Hoy en día, cualquiera que adelgace necesita una estructura, unas directrices y unas consignas que seguir. Resulta menos frustrante seguir una dieta organizada con todos los pequeños detalles por alguien externo, que imponérsela a uno mismo. Porque, ¿cómo ser a la vez la víctima y el verdugo? Éste es el núcleo de nuestro credo. Estoy convencido de que la primera causa de la crisis actual del sobrepeso, más que en el sedentarismo y la comida basura, radica en la insuficiencia del acompañamiento, la falta de asistencia diaria durante y, sobre todo, después, del adelgazamiento. Este portal ofrece un servicio hasta hace poco irrealizable: un acompañamiento global, interactivo y en tiempo real. A partir de hoy y durante todo tu programa de adelgazamiento, e incluso después si lo deseas, estoy y seguiré a tu lado para que tu proyecto sea todo un éxito.
Has sido clara en cuanto a tu motivación: quieres adelgazar, sobre todo, por motivos estéticos. La reconquista de une belleza sin cultivar es un extraordinario motor para las mujeres. Es el reencuentro con uno de los poderes más seguros y gratificantes que una mujer pueda poseer. Encontrarás en tus consignas el recordatorio de esta razón fundamental que te incita a adelgazar para que recuerdes, día tras día, la fuente de motivación que te estimulará a hacer dieta.
En menor grado, también te motivan la protección de tu salud y la limitación de los factores de riesgo. Cultiva esta motivación: es un buen motor. Tarde o temprano, una sobrecarga persistente acabará haciéndote perder el aliento, dañando tus articulaciones (espalda, caderas, rodillas), cansando tu corazón y atascando tus arterias. Tu cuerpo es una parte de tu libertad.
Como muchas mujeres, tienes prisa por adelgazar mediante una dieta que arranque enseguida. Muy bien, estoy de acuerdo contigo y dispuesto a abrirte camino. Cuando se adelgaza, la mejor manera de estimular la motivación es conseguir resultados y ver cómo se trasladan a la báscula. El éxito conduce al éxito y te da una velocidad adquirida que te protegerá en caso de que te estanques momentáneamente.
Además, tienes un fuerte deseo de estabilizarte. Ésta es una ventaja considerable, porque no sirve de nada adelgazar sin haber decidido, antes de empezar, hacerlo todo para conservar el peso obtenido. Tienes que entender que las mismas causas producen siempre los mismos efectos. Cuando hayas alcanzado el peso deseado, tendrás que cambiar algo en el modo de vida que te había llevado a engordar. De lo contrario, volverás a coger peso. Pero la mayoría de los que adelgazan no saben cómo hacer para manejar el largo plazo. Según esta perspectiva, he diseñado una estabilización que se fundamenta en 3 medidas sencillas. Entre ellas, se encuentra el famoso "día centinela" semanal, con una dieta de proteínas alimenticias, que será el jueves. Esta obligación mínima no se puede negociar y se mantendrá de manera indefinida.
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